Era
tan solo una niña, una infante con ganas de jugar y divertirse
cuando los hierros candentes y los látigos de siete colas
golpeaban mi espalda dejándome marcas que
me acompañarían toda la vida, podría hablarse de
marcas de nacimiento. La muerte de una inocencia y el comienzo de una
etapa de aprendizaje en el crudo mundo Berserker.
Intuyeron
que podía ser buena luchadora, mis ataques, mis actos,
todo mezclado para que ese cabello rojo se disimulara entre la sangre
de cuerpos despedazados con mis propios dientes y uñas.
-Siente
el dolor, mocosa! Siente la ira, deja de ser una cría insignificante!
- gritaban mientras la espalda amoratada comenzaba a formar forma.
Lejos estaba de aquella vida idealizada, de los prados y el grupo de
niños. La mañana comenzaba con la preparación de los escudos y
adornar el Drakkar con sus respectivas pinturas de guerra. Tras la
comida comenzaban los entrenamientos bajo el ardor del sol de verano.
Desnuda por completo me mostraban ante el resto de jóvenes de
mi edad y equipada tan solo con una espada me hacían batallar
contra el resto.
-No
llegaras nunca a nada en esta vida, pelea mujer! Deja de llorar como
una niñata!!!- los gritos en el corro iban sucediendo mientras mi
ira crecía y la vista se me teñía de sangre.
"Muerte" era lo único que pensaba en ese
momento, me abalanzaba con destreza sobre el objetivo y daba
estocadas a diestro y siniestro, siempre marcando arcos continuados
que podrían cortar en diagonal a cualquiera. Cabe decir
que más de una cabeza fue cortada ahí y algún joven
no llegó a ver una guerra de verdad.
Al
caer la noche me devolvían a mi celda, encogida por el
odio que había acumulado durante el día, me ataban a
los barrotes con sogas que quemarían mis muñecas y me
colocaban una mordaza empapada con cerveza mezclada con cornezuelos
de centeno. Se derramaba por mis comisuras mientras
mi mandíbula se mantenía presionada y mis ojos
tornados, ayudando eso a que lo ingiriera mezclándose con
mi organismo.
Y
los latigazos volvían, sin notar dolor al tener el cuerpo
invadido por odio dejaba que me dejaran la espalda hecha un completo
mapa.
Al
fin la paz..me retiraban la mordaza y me dejaban cogida mientras
buscaba, dentro de lo que cabía, una buena posición para
tumbarme.
"Venganza"
esas palabras tenían gran significado para alguien tan
joven y a pesar de su estado, algún día podría cumplirlas,
solo cabía esperar el tiempo que hiciera falta.
-Algún día..os
juro que os matare a todos...os matare
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